miércoles, 18 de noviembre de 2009

LA SEGUNDA MEDITACION DE DESCARTES

O LO QUE NI EL MÁS PODEROSO DE LOS DIOSES PUEDE DISUADIR


Robledo Catalina María de Lourdes. Universidad IVES, Instituto Veracruzano de Educación Superior, Xalapa, Ver., México.
Foto de Rickydavid en Flickr.

En su segunda meditación Descartes no se refiere a la existencia como algo corporal si no como un pensamiento y alma. Descartes únicamente está seguro de que existe como un ser pensante ya que ni el más poderoso de los dioses, podría lograr desanimarlo de que tiene pensamiento.
En la primera meditación ya había dudado de las cosas, decía que no había una sola de la cual no pudiera dudar. Asume también que no hay nada cierto en el mundo, pero duda de esta afirmación ya que piensa que si no existe nada en el mundo, ni cielo, ni tierra, ni mente, ni cuerpo, implica también que él tampoco existe; pero realmente encuentra que de lo que está convencido es de su propia existencia.
Él piensa que todo lo que ve es falso y todo lo que existe en su memoria no ha existido jamás; piensa que si no tiene ni sentidos, ni cuerpo, ni figura, ni extensión, ni movimiento, entonces todo esto no son más que fantasías de su espíritu. Y se pregunta entonces ¿Qué podré tener de verdadero? ¿No habrá un dios o algún otro poder que me ponga estos pensamientos en el espíritu? No es necesario; tal ves soy capaz de producirlos yo mismo. Y yo mismo, ¿soy algo?
Él supone no tener sentidos ni cuerpo, pero descubre ser tan dependiente de su cuerpo y de sus sentidos que sin ellos simplemente no puede ser. Ya ha considerado que no hay nada en el mundo, ni cielo, ni tierra, ni espíritu, pero ahora juzga que él mismo no existe. Entonces piensa, y analiza en cuanto al pensar que, si piensa, es porque existe.
Pero hay un ser engañador que emplea toda su industria en burlarse. Entonces si resulta engañado es porque se trata de Él y, cuanto sea que lo engañe, nunca podría hacer que él no sea nada, mientras siga pensando que es algo. Descartes está seguro de que es algo, pero aún no sabe con claridad qué es. El creía antes ser un hombre y se pregunta ¿Qué es un hombre? Acaso un animal racional, pero habría luego que preguntar ¿qué es un animal y qué es racional? y así un pregunta le lleva a otra más difícil. Se fijaba primero en que tenia rostro, manos, brazos, huesos, carne, todo un cuerpo, observaba, andaba y sentía, y de todo esto se percataba porque PENSABA, relacionando todas estas acciones como actividad del alma; pero al cuestionarse lo que era el alma imaginaba que era algo raro como un viento. No dudaba de la naturaleza del cuerpo; pensaba conocerla muy bien. Al cuerpo lo describía como todo aquello que puede estar delimitado por una figura, estar situado en un lugar, ocupar un espacio; todo aquello que puede ser sentido por el tacto, la vista, el oído, el gusto, el olfato; que puede moverse de distintas formas, etc. Y de este punto regresa a la misma pregunta ¿Qué soy yo? Y sigue pesando lo mismo, que hay alguien extremadamente poderoso, maligno y astutísimo que emplea todas sus fuerzas para engañarlo. No estaba seguro de tener el más mínimo de esos atributos con los que se refería al cuerpo. Sigue pensando en su espíritu y en los atributos de la naturaleza del cuerpo y no encuentra nada que pueda decir que está en él. Entonces se sigue preguntando y piensa en los atributos del alma y repasa los atributos del cuerpo y ve si hay alguno que exista en su espíritu: NUTRIRSE Y ANDAR. Si no tiene cuerpo no puede nutrirse ni andar. ¿SENTIR?, no puede sentir sin un cuerpo aunque soñara, y en sus sueños tocara y sentiría al despertar, pero se da cuenta de que no había realmente sentido nada; PENSAR, el pensamiento es un atributo que realmente le pertenecía y el único que no puede apartarse del “Yo soy”, “Yo existo”, ésta es la idea de Descartes y es cierta ¿Cuánto tiempo? Todo el tiempo que está pensando existe; ya que si dejáramos de pensar dejaríamos de existir. Verdaderamente somos una cosa y somos una cosa existente pero Descartes se cuestiona nuevamente ¿Y qué cosa? Una cosa que piensa, y ¿Que es una cosa que piensa? Una cosa que duda, que entiende, que niega, que quiere, que imagina, que siente. Habla también de la imaginación y dice que aunque imagine y las cosas que imagina no sean verdaderas, con todo ese poder de imaginar no deja de estar en él y forma parte de su pensamiento. Todo lo que se pregunta, todo lo que siente, todo lo que ve y todas las cosas que concede es simplemente “pensar”.

A todo esta su espíritu no puede estar en los límites de la verdad. Descartes dice: sabiendo yo ahora que los cuerpos no son propiamente concebidos si no por el solo entendimiento y no por la imaginación ni por los sentidos, y que no los conocemos por verlos, tocarlos, sino solo por que los concebimos en el pensamiento, entonces con plena claridad es fácil conocer que su espíritu.

En conclusión, Descartes está seguro de que existe como un ser pensante, ya que ni el más poderoso de los dioses lograría apartarle de que tiene pensamientos.