sábado, 4 de septiembre de 2010

¿HASTA DÓNDE CONOCEMOS NUESTRAS REALIDADES?

PERCIBIR O NO PERCIBIR

Denisse Illescas Alducin, Universidad IVES, "Instituto Veracruzano de Educación Superior", Xalapa, Ver., México.

“La percepción (realidades) y el saber, son cosas distintas; el saber no radica en las impresiones, sino en el razonamiento que nos permite alcanzar al ser y a la verdad”     Platón .

[1]. Con la más mínima sospecha de su verdad, propone él “dudar de todo lo que no se nos presente clara y distintamente”, es decir, dar por falso todo aquello que nos despierte la menor duda de ser verdadero[2].

Para esto Descartes propone el uso de la duda metódica como “método de conocimiento o de certeza de verdad”. En el caso de la manzana, el conocimiento por referencia sería que no tenemos la certeza de donde fue cultivada, cómo fue transportada hasta donde la adquirimos, y en qué condiciones se desarrolló, pues no hemos sido testigos de todo este procedimiento, de la misma manera sucede con tantos acontecimientos de nuestra vida que pasamos por alto y no les damos importancia. Para darnos cuenta qué tantos conocimientos directos tenemos y como los utilizamos, Platón nos dice que todas aquellas cosas que percibimos no son más que copias de las ideas y que nuestra experiencia es quien descubre dichas copias. Platón hace mención al “nombre” como el contenedor de la esencia de las cosas, es decir, conocemos el nombre de algo y por tanto su esencia[3]. A veces nos basamos en un tema del que no conocemos por completo y cometemos errores y nos causa una problemática al no poder comprobar la veracidad de lo que estamos afirmando. Respecto a esto, Platón en su dialogo “Teeteto” se pregunta por el saber, es decir, qué es el saber o qué es aquello que creemos saber, si bien jamás logra establecer una definición propia para el saber [4].

Un ejemplo de esto, podemos decir, que ese perro negro que tiene una mancha en el cuello se llama firulais, porque a Juan se le perdió un perro con esas características y definitivamente es firulais, pero no sabemos cuántos perros con esa característica puede haber en la calle, pues no se ha dado una descripción más detallada, como la raza, si es pequeño o grande, si tiene un collar que lo distinga, es decir, no poseemos una verdad absoluta de la “cosa” (en este caso, el perro) y esto nos llevaría a cometer un error[5] puesto que si, precipitándonos, lo tomamos y se lo llevamos a Juan, probablemente él reconozca que no se trata de firulais.

Pueden suscitarse muchos ejemplos acerca del conocimiento por referencia, porque es simplemente algo que no nos consta, que no hemos comprobado y por lo tanto no lo podemos definir como tal, y, el seguir abundando, sería ahondar demasiado en el tema y, al mismo tiempo, al tratar de definirlo mediante más ejemplos, simplemente nos llevaría a hacer confusa una definición clara.

Desde luego que sería muy bueno comprobar toda la información que llega hasta nosotros, tener la certeza de que lo que sabemos por referencia se puede convertir en conocimiento directo, pero es imposible, pues muchos conocimientos son de situaciones que no fueron de nuestra época y por lógica y a falta de una máquina del tiempo que nos remontara a ese momento, es imposible saber la realidad y no nos resta más que quedarnos simplemente con lo que escuchamos, leemos o vemos en la televisión, es decir, todo aquello que se nos presentó y para lo cual jamás tuvimos la oportunidad de poner en tela de juicio. No nos queda más que decidir si lo creemos o no; probablemente escucharemos posturas a favor o en contra de personas que probablemente sí lo vivieron pero aún así siguen siendo referencias que aunque nos leamos todos los libros de historias sobre el tema, nunca tendremos la total certeza acerca de la realidad. Tendremos que continuar y seguir obteniendo información que nos haga dudar. ¿Existirá el "chupa cabras"? Creo que nunca sabremos qué sucedió en realidad con dicho fenómeno: los medios de comunicación nos dan algunos detalles al respecto, pero incluso ellos lo manejan como conocimiento por referencia, pues tampoco han sido testigos de dichos acontecimientos.

Sin embargo, si ayer me caí y me raspé la rodilla, sé que fue real, porque lo sentí, me dolió, me salió sangre y ahí está la cicatriz de lo que sucedió; pero si otra persona me pregunta qué me ocurrió y yo le digo que al caminar por la calle un auto me golpeó y me hizo ese raspón, le estoy dando una información falsa. Aún así, esta persona está recibiendo un conocimiento por referencia de mi parte y ella misma le dirá a otra persona lo que me ocurrió según le dije, y así sucesivamente, cambiando la información de lo que realmente me ocurrió. A pesar de que esta persona no me haya creído, supondrá: “pues probablemente sí o probablemente solo se cayó y se raspó”; aún así, seguirá siendo incierto su conocimiento y nunca sabrá con seguridad lo que me ocurrió.[1] Descartes lo refiere como “alma”[2] René Descartes, “Los principios de la filosofía”, Alianza editorial, 1995, pág. 21, 22, 23, 24 y 25.[3] Platón Diálogos “Cratilo”[4] F. M. Cornford, La teoría platónica del conocimiento. Buenos Aires, 1968 Pág. 17[5] Patón, en el Teeteto, nos pone el ejemplo de una pajarera llena de aves que uno posee una vez que ya las hemos introducido ahí, pero que no las tiene hasta que las apresa de nuevo. Esto representa a la mente que está vacía cuando somos niños y se va llenando con los saberes y experiencias que vamos adquiriendo, pero al querer agarrar uno que tenemos en la mente sin tenerlo inmediatamente presente, podemos caer en el error y atrapar un saber distinto.

Hemos deducido por experiencia que conocemos las cosas que vemos o que aprendemos pero no tenemos la certeza de muchos conocimientos que creemos tener. Desde pequeños nos dicen que la manzana es una manzana, la mesa es una mesa y dado que jamás hemos puesto en duda tales afirmaciones, no nos hemos preguntado su ¿Por qué? No lo sabemos, solo así se nombran y así lo aprendemos y se convierte en un conocimiento directo porque vemos, palpamos, probamos y reconocemos su sabor, su aroma, su descripción y su color, tenemos pues un conocimiento que nos ha dado la experiencia y por ello mismo no debemos darlo como verdadero. Descartes, en su “Principa Philosophiæ” nos da las pautas para poner en duda todo aquello que se nos presente a nuestra mente

viernes, 28 de mayo de 2010

NATURALEZA DEL SIGNO LINGÜÍSTICO

EL SIGNO Y SAUSSURE


Verónica Flores Carvajal, Elizabeth Landa Cortés, Álvaro Bedolla López. IVES, Instituto Veracruzano de Educación Superior, Xalapa, Ver., México.

A continuación, explicaremos la función del signo que tiene que ver con el estudio del lenguaje, de la comunicación y del pensamiento, en esa tarea, participan disciplinas como la Lingüística, la Semiótica, la Gramática, la Filosofía, y trataremos de ver su relación con la educación; comenzaremos explicando algunos antecedentes históricos y conceptuales, para después establecer concretamente a qué se refieren tales conceptos, haciendo uso de algunos ejemplos, también trataremos de explicar las diferencias entre significado y significante, sentido y referencia que son aspectos que sirven para comprender el signo.

Antecedentes.
• Es en la segunda mitad del siglo XX cuando surgen los fundamentos teóricos de las investigaciones sobre lingüística general, estos se encuentran principalmente en el Libro “Curso de Lingüística general” publicado en París en 1916; el libro agrupa las ideas expuestas por el Profesor Ferdinand de Saussure entre 1906 y 1911. Según Saussure la Lingüística estudia
• El lenguaje, es el objeto de estudio de esta disciplina y puede entenderse como algo multiforme, pues puede cumplir varias funciones. Del lenguaje surgen sistemas que son conjuntos signos o señales, y éstos pueden ser diversos debido a la necesidad de comunicarnos y las maneras en que podemos hacerlo, pues como se sabe, la comunicación a través del lenguaje hace posible las relaciones humanas.

Elementos del Lenguaje
• El lenguaje está compuesto por diversos elementos, dado que puede ser Auditivo, Visual o Táctil. Una determinada parte del lenguaje es la Lengua que debe entenderse como un producto social, un conjunto de signos que funcionan como código de comunicación
• La Lengua no es lo mismo que el Habla, dentro del lenguaje, la lengua es un repertorio de signos que la sociedad va elaborando a través del tiempo, mientras que el habla es el uso ese código, por lo cual el habla es un producto momentáneo e individual. El uso del código
• La lengua, refleja los rasgos propios de una comunidad y por lo mismo puede decirse que es equivalente al idioma. Otro rasgo de la lengua es que se produce de diversas maneras, así encontramos lenguas generales como por ejemplo, el castellano y otras regionales como podrían ser el mexicanismo, americanismo y derivados que son regionales. Por otro lado puede decirse que algunas lenguas son cultas y otras vulgares
• Para lograr la comunicación se necesitan varios elementos que están relacionados con el lenguaje y el pensamiento. Un ejemplo de esto es el famoso circuito de la comunicación en el que encontramos:-Emisor: Punto de donde parte la información-Receptor: Destinatario de la información-Mensaje: Cadena de signos que se transmite de un punto a otro -Contexto o referente: Algo externo a los propios signos que sirve para comprenderlos, por ejemplo, lo que nos hace diferenciar entre objetos que pudieran tener el mismo nombre.Canal: Medio para comunicar el mensaje, sea auditivo, Táctil o visual.

El signo: características e importanciaComponentes del Signo
• El signo es producto del pensamiento, es una combinación de un concepto y una imagen, nos indica algo, es un fenómeno ya sea producto natural o por convención que representa o sustituye a una cosa
• El significado y el significante son los componentes del signo, el plano del significante constituye el plano de la expresión (verbal, escrita, gesto), es la realidad percibida por los sentidos; el significado es el plano del contenido, es el sentido o la asociación que hace nuestra mente para comprender el signo, cada uno de estos conforman la forma y la sustancia del signo
• Podemos encontrar muchos ejemplos de Signos, un semáforo es un signo que representa en rojo “Prohibido pasar” y en verde “Pueden pasar” sólo que depende de la situación en que nos encontremos; la palabra mesa es un signo porque cuando lo percibimos por el oído lo -asociamos mentalmente- a un mueble determinado, sin necesidad de que esté presente
• Charles Sanders Peirce (1839-1914) contemporáneo de Saussure, quien pensaba que un signo es una representación mental a través de la cual alguien puede conocer los objetos de la realidad, clasificó el signo en tres grupos:
• Iconos: Aquellos signos que mantienen una relación de identidad o semejanza con el objeto representado, por ejemplo una fotografía, los dibujos, las señales de advertencia
• Indicios: Signos que mantienen una relación física de proximidad o causa-efecto con el objeto representado, por ejemplo: que el humo represente fuego o la fiebre enfermedad
• Símbolos: signos que no tienen relación ni de identidad, ni de causalidad, el hombre inventa el signo acordando el significado que hay que atribuirle, por ejemplo: Asociar el color rojo al peligro, o los colores de la bandera. En los tres casos, interviene un significante y un significado, de modo que son componentes esenciales del signo, para ejemplificar esta relación, tomemos en cuenta lo siguiente: Cuando se quiere expresar algo que estamos pensando y no encontramos la palabra adecuada, nos falla el significante; cuando por el contrario, percibimos un nombre, que es el significante y no se es capaz de asociarlo con un objeto o concepto no sería un signo, porque falla el significado.

Ejemplos del signo como icono
El sentido y la Referencia. La conexión regular entre el signo, su sentido y su referencia es tal, que al signo le corresponde un determinado sentido y al sentido, a su vez, una determinada referencia, mientras que a una referencia (a un objeto), no le corresponde solamente un signo. Relacionado con el signo, podemos encontrar autores que hablan acerca del Sentido y la Referencia, el sentido surge de la comprensión que se logra haciendo uso del lenguaje y del pensamiento, pues cuando estamos frente a un signo, procesamos la información, pensamos las designaciones posibles para ese signo y posteriormente podemos saber al grupo de objetos o ámbito al que pertenece. La referencia es entonces poder indicar el objeto o circunstancia al que pertenece un signo. Ejemplo: Un nombre de persona u objeto, lo comprende todo aquel que conoce el lenguaje o conjunto de designaciones al que pertenece; la referencia de un nombre propio es el objeto mismo que designamos con él. Cuando se usan palabras de la manera habitual, aquello de lo que se quiere hablar es su referencia

Gato (mamífero) / Gato (hidráulico)

La importancia social y educativa del signoAl ser el lenguaje un medio de relación social, es claro que el signo es muy importante para comprender nuestro entorno y ser capaces de desenvolvernos en cualquier ámbito, pues quien conoce los elementos de una lengua y es capaz de pensar y abstraer el significado de los signos que se le presentan, podrá ser más competente tanto intelectual como socialmente. Desde niños aprendemos los tipos de lenguaje, los signos y los sentidos que pueden tener las imágenes y las palabras con las que nos encontramos, de ahí que el signo tenga un carácter universal y debe ser tema de estudio de diferentes ciencias, porque su función es de relevancia en la vida de cualquier persona.Algunas metas que se formulan para la enseñanza del lenguaje en la escuela primaria son por ejemplo: 1) Enriquecimiento de la capacidad de la expresión oral; 2) incremento de la aptitud para comprender la lengua; 3) desarrollo de la habilidad para estructurar el pensamiento a través de la lengua; 4) comprensión, por medio del análisis, del funcionamiento del lenguaje en general y de la lengua española en particular; 5) adquisición y utilización de la lectura y escritura; 6) desarrollo de la sensibilidad y la creatividad estéticas a través del lenguaje, etc. Por lo anterior, en el ámbito educativo, considerar la importancia del lenguaje y sus componentes, como es el caso del signo, no está de sobra, al contrario es necesario, pues los educadores deben estar conscientes de que un uso adecuado del lenguaje, así como la sabia interpretación del mismo, aseguran el proceso de aprendizaje, y sobre todo, el maestro debe estar preparado para reflexionar y discernir el significado y utilidad de los contenidos que enseña.La lengua, que como parte del lenguaje es un conjunto de signos, se convierte en un instrumento que hace posible la adquisición de conocimientos, de modo que tanto los padres como los maestros y las personas en general, están constantemente comunicando signos que tenemos que interpretar para poder conocer, por todo lo anterior se justifica la importancia del signo.

viernes, 20 de noviembre de 2009

LO QUE PENSAMOS Y LO QUE OTROS PIENSAN

LO QUE PIENSO, ¿ES LO MISMO QUE PIENSAN LOS DEMÁS?...

Por Alejandra Bonilla Castelán. Universidad IVES, "Instituto Veracruzano de Educación Superior", Xalapa, Ver., México.
Frida Kalo, foto de Alevinsix en Flickr.

En el capitulo 5 del libro "Los problemas de la filosofía de Bertrand Russell" se nos platea un tema de gran interés acerca del conocimiento directo y el conocimiento por referencia; al principio, en la lectura, Russell nos dice que hay dos clases de conocimiento -los ya mencionados-, uno de ellos es el conocimiento de cosas, es decir, el conocimiento Directo. Con él, nuestros sentidos operan como receptores por medio de los cuales captamos la realidad. Podemos asegurar que, con ellos, podemos entonces, empíricamente hablando, conocerlo todo.
Porque nos hacen conocer verdades sobre lo que nos rodea y, para mí, esa es la mejor verdad: la de que nosotros efectivamente percibimos lo real, porque aunque no todos veamos las cosas de la misma forma y, dentro de esto, puede ser que yo perciba un olor a flores y otra persona perciba éso como aroma de perfume -lo cual es información que los datos de los sentidos nos proporcionan, que en mí o en otro se constituye como una apariencia-; pienso que cada quien construye su verdad a partir de lo percibido.
Por la experiencia sólo conocemos lo que se presente a nuestros sentidos en el momento actual; ésto me quedó muy grabado, pues coincide mucho con lo que pienso, ya que a la realidad cada quien la interpreta como quiere, porque todos somos diferentes y esta es una actitud peculiar que nos hace ser únicos. Es más, me gusta cómo lo plantea el autor, pues asegura que cada quien percibe las mismas cosas pero con criterios propios que pueden producir diferentes ideas. Al igual que las cosas que poseen formas y características esencialmente diferentes, así somos los humanos: diferentes.
Otra parte que llama particularmente mi atención es lo que se menciona sobre la introspección, pues como estudiante de psicología considero importante conocernos para poder conocer a los demás. Hay algo muy cierto en lo que menciona el autor: no hay que dudar de nuestra existencia propia y única, sino que hay que conocernos, identificarnos con nosotros mismos, conocer nuestro “yo”, o sea, conocer nuestros propios pensamientos e ideales, sentimientos, deseos etc. (le llama autoconsciencia).
El otro tipo de conocimiento es el adquirido por referencia. Nos dice que un objeto es «conocido por referencia» cuando sabemos qué es. El conocimiento por referencia es el que nos hace capaces de ir más allá de los límites de nuestra propia experiencia, y no nos deja como el directo, con solamente nuestra percepción básica, en cambio, podemos llegar a tener un conocimiento incluso de cosas que no hemos experimentado jamás, ésto es, como tener una entre varias opciones para distinguir el objeto, tomando en cuenta los puntos de vista propios y de las demás personas acerca del mismo. Este tipo de conocimiento es un poco más complejo, pues requiere la consideración de diferentes enfoques, mas esto no quiere decir que cambiemos definitivamente nuestro punto de vista personal, si no que hay que tomar en cuenta y ser concientes de que no todos pensamos igual y no todos captamos las mismas cosas, partiendo de que todos tenemos diferentes personalidades.
Al final de la lectura llamó mi atención lo siguiente: una gran parte de nuestro conocimiento permanece misteriosa y, por lo tanto, inciertamente aparte de nuestra consciencia. Considero que lo único cierto es que las cosas conocidas ya han sido comprobadas, por ejemplo, algo científico, algún suceso que sea verificable; pero lo que no posee este carácter científico queda en la incertidumbre. Este tema interesante me hace ver la relación entre la psicología y la filosofía, las cuales están estrechamente vinculadas. En todo esto es importante saber y tomar en cuenta que la verdad varía de persona a persona, aunque mis ideas y pensamientos sean en su mayoría los mismos que los de mis compañeros o que los de la sociedad.
Sin embargo, debo estar consciente de que no todo es tal como lo pienso, sino que debo aceptar, también, que los demás podrían tener una diferente verdad. Así, cuando pienso que para mí puede ser cierto algo que para otra persona no, de algo sí estoy totalmente segura, que todo depende de cómo nuestros sentidos perciban la realidad y qué tan aptos seamos para juzgarla nosotros mismos.
Agrego, por último, que muy pocas personas estamos concientes del valor de la vista, el olfato, el tacto, el gusto y el oído, sentidos que sirven de camino inicial para llegar a conocer las verdades acerca del mundo.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

LA SEGUNDA MEDITACION DE DESCARTES

O LO QUE NI EL MÁS PODEROSO DE LOS DIOSES PUEDE DISUADIR


Robledo Catalina María de Lourdes. Universidad IVES, Instituto Veracruzano de Educación Superior, Xalapa, Ver., México.
Foto de Rickydavid en Flickr.

En su segunda meditación Descartes no se refiere a la existencia como algo corporal si no como un pensamiento y alma. Descartes únicamente está seguro de que existe como un ser pensante ya que ni el más poderoso de los dioses, podría lograr desanimarlo de que tiene pensamiento.
En la primera meditación ya había dudado de las cosas, decía que no había una sola de la cual no pudiera dudar. Asume también que no hay nada cierto en el mundo, pero duda de esta afirmación ya que piensa que si no existe nada en el mundo, ni cielo, ni tierra, ni mente, ni cuerpo, implica también que él tampoco existe; pero realmente encuentra que de lo que está convencido es de su propia existencia.
Él piensa que todo lo que ve es falso y todo lo que existe en su memoria no ha existido jamás; piensa que si no tiene ni sentidos, ni cuerpo, ni figura, ni extensión, ni movimiento, entonces todo esto no son más que fantasías de su espíritu. Y se pregunta entonces ¿Qué podré tener de verdadero? ¿No habrá un dios o algún otro poder que me ponga estos pensamientos en el espíritu? No es necesario; tal ves soy capaz de producirlos yo mismo. Y yo mismo, ¿soy algo?
Él supone no tener sentidos ni cuerpo, pero descubre ser tan dependiente de su cuerpo y de sus sentidos que sin ellos simplemente no puede ser. Ya ha considerado que no hay nada en el mundo, ni cielo, ni tierra, ni espíritu, pero ahora juzga que él mismo no existe. Entonces piensa, y analiza en cuanto al pensar que, si piensa, es porque existe.
Pero hay un ser engañador que emplea toda su industria en burlarse. Entonces si resulta engañado es porque se trata de Él y, cuanto sea que lo engañe, nunca podría hacer que él no sea nada, mientras siga pensando que es algo. Descartes está seguro de que es algo, pero aún no sabe con claridad qué es. El creía antes ser un hombre y se pregunta ¿Qué es un hombre? Acaso un animal racional, pero habría luego que preguntar ¿qué es un animal y qué es racional? y así un pregunta le lleva a otra más difícil. Se fijaba primero en que tenia rostro, manos, brazos, huesos, carne, todo un cuerpo, observaba, andaba y sentía, y de todo esto se percataba porque PENSABA, relacionando todas estas acciones como actividad del alma; pero al cuestionarse lo que era el alma imaginaba que era algo raro como un viento. No dudaba de la naturaleza del cuerpo; pensaba conocerla muy bien. Al cuerpo lo describía como todo aquello que puede estar delimitado por una figura, estar situado en un lugar, ocupar un espacio; todo aquello que puede ser sentido por el tacto, la vista, el oído, el gusto, el olfato; que puede moverse de distintas formas, etc. Y de este punto regresa a la misma pregunta ¿Qué soy yo? Y sigue pesando lo mismo, que hay alguien extremadamente poderoso, maligno y astutísimo que emplea todas sus fuerzas para engañarlo. No estaba seguro de tener el más mínimo de esos atributos con los que se refería al cuerpo. Sigue pensando en su espíritu y en los atributos de la naturaleza del cuerpo y no encuentra nada que pueda decir que está en él. Entonces se sigue preguntando y piensa en los atributos del alma y repasa los atributos del cuerpo y ve si hay alguno que exista en su espíritu: NUTRIRSE Y ANDAR. Si no tiene cuerpo no puede nutrirse ni andar. ¿SENTIR?, no puede sentir sin un cuerpo aunque soñara, y en sus sueños tocara y sentiría al despertar, pero se da cuenta de que no había realmente sentido nada; PENSAR, el pensamiento es un atributo que realmente le pertenecía y el único que no puede apartarse del “Yo soy”, “Yo existo”, ésta es la idea de Descartes y es cierta ¿Cuánto tiempo? Todo el tiempo que está pensando existe; ya que si dejáramos de pensar dejaríamos de existir. Verdaderamente somos una cosa y somos una cosa existente pero Descartes se cuestiona nuevamente ¿Y qué cosa? Una cosa que piensa, y ¿Que es una cosa que piensa? Una cosa que duda, que entiende, que niega, que quiere, que imagina, que siente. Habla también de la imaginación y dice que aunque imagine y las cosas que imagina no sean verdaderas, con todo ese poder de imaginar no deja de estar en él y forma parte de su pensamiento. Todo lo que se pregunta, todo lo que siente, todo lo que ve y todas las cosas que concede es simplemente “pensar”.

A todo esta su espíritu no puede estar en los límites de la verdad. Descartes dice: sabiendo yo ahora que los cuerpos no son propiamente concebidos si no por el solo entendimiento y no por la imaginación ni por los sentidos, y que no los conocemos por verlos, tocarlos, sino solo por que los concebimos en el pensamiento, entonces con plena claridad es fácil conocer que su espíritu.

En conclusión, Descartes está seguro de que existe como un ser pensante, ya que ni el más poderoso de los dioses lograría apartarle de que tiene pensamientos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

¿PLENA IGNORANCIA O PLENA CONCIENCIA?”



La consciencia en plena acción, según Sócrates y Platón.

 
Por Milagros Gómez
Alumna del IVES, Instituto Veracruzano de Educación Superior, Xalapa, Ver. México.
Fotografía de Amy de Evanescence por Paufeeerica, en Flickr.

Empezaré comentando sobre este gran filósofo llamado Sócrates, nacido en Atenas en el 470 a.C., y muerto en el 399 a.C., quien tuvo como discípulo a otro gran filósofo, Platón, nacido también en Atenas en el 427 a.C. y muerto en el 347 a.C. La mayor parte de cuanto se sabe sobre él procede de tres contemporáneos suyos: el historiador Jenofonte, el comediógrafo Aristófanes y su discípulo Platón. El primero, retrató a Sócrates como un sabio absorbido por la idea de identificar el conocimiento y la virtud, pero con una personalidad en la que no faltaban algunos rasgos un tanto vulgares. Aristófanes, lo hizo objeto de sus sátiras en una comedia, "Las Nubes", donde se le identifica con los demás sofistas y es caricaturizado como engañoso artista del discurso. Estos dos testimonios, matizan la imagen de Sócrates ofrecida por Platón en sus Diálogos, en los que aparece como figura principal, una imagen que no deja de ser en ocasiones excesivamente idealizada, aún cuando se considera que posiblemente sea la más justa.
La unión de maestro - alumno entre Sócrates y Platón, provocó que ambos estuvieran de acuerdo en demostrarle a más de uno, los límites del conocimiento humano, la falta de conciencia y humildad y la soberbia del hombre para con los demás.
Por otro parte, la historia de Sócrates al lado de los sofistas, se dice que parecía una lucha interminable, puesto que los sofistas eran otro tipo de pensadores que se hacían pasar por maestros ambulantes, yendo de ciudad en ciudad, convenciendo a la gente con argumentos falsos y por si fuera poco, cobrando por otorgar dichas lecciones y haciendo creer a los oyentes que lo propuesto por ellos era algo verdadero. Poco tiempo después, no se hizo esperar la presencia de Sócrates, quien fue capaz de quitarles la máscara a estos llamados “maestros”, y de demostrarle a la sociedad la existencia de conceptos que marcan la diferencia entre lo real y lo irreal, entre la ignorancia y la conciencia. El propósito de Sócrates fue fundar una moral y un pensamiento rigurosamente objetivos y dejar a un lado esa venda que cubría y cubre hasta nuestros tiempos los ojos de muchos que aún no deciden quitársela.
En la actualidad, he llegado a ciertas conclusiones. Por ejemplo, cuando los demás creen saber demasiado y en realidad no saben ni tienen conciencia de esa ignorancia o cuando solemos vanagloriarnos de los errores de otros sin fijarnos y aprender de los nuestros.
Puedo argumentar que la misión de Sócrates es recordarnos, aún en éstos tiempos, que carecemos del saber completo, de la ilusión casi natural por aprender, de conciencia de nuestros límites con respecto al plano intelectual y que, con ello, sólo conseguimos día a día ir forjándonos un alma contaminada.
Y al referirme al término contaminada no me avoco al significado lineal de la palabra, sino al hecho de que alimentamos nuestro interior con nociones erróneas lo cual sólo nos dificulta admitir el verdadero conocimiento, lo que hace casi imposible la asimilación de la verdad.
Además, también influye que tengamos que ir adecuando nuestra conciencia a la de la humanidad, es decir, quedarnos con lo poco que ellos quieren que sepamos y peor aún, ser víctimas de manipulaciones, chantajes y “lavados de cerebro”.
El reconocimiento de la propia ignorancia, debe ser el punto de partida para constituir un saber realmente válido, es buscar poco a poco la eliminación de todo pensamiento que no esté fundamentado, de que nada puede tener valor si resulta incapaz de sostener la crítica o la razón.
Un conocimiento merecerá siempre llevar ese título, siempre y cuando pueda superar cualquier clase de crítica; ya que estamos acostumbrados a no dejarlo salir en sociedad por temor a equivocarnos o a ser criticados, aún cuando bien es sabido que la razón y el conocimiento cuentan también con esa facultad, la del error, y que si no nos atrevemos, nunca podremos clarificar o alimentar ese conocimiento y las dudas persistirán.
Platón, además, reprocha a los sofistas el hecho de que sólo enseñaban medios para alcanzar un fin, sin respetar ningún criterio de verdad y sin reparar en las exigencias de la moral. Mejor dicho, hacer triunfar el razonamiento débil sobre el más fuerte, la apariencia sobre la realidad.
Platón afirma que, “antes de nacer poseemos un conocimiento innato", y "éste con el tiempo se deteriora y sólo es posible recuperarlo a través de la reminiscencia, que es la capacidad que tiene el hombre para recordar lo contemplado en el mundo y así ser libre”, (en "La República").
Es como decir que, sólo miramos ficciones y no verdades; en caso de no romper las cadenas y ascender hacia la luz, resistirnos al deslumbramiento y contemplar al fin las ideas supremas. Las ataduras de los prisioneros en la caverna platónica (idem), les impiden mover el cuello y sus piernas, girar y darse vuelta a fin de ver el mundo desde una perspectiva distinta, equivalen a los modelos mentales que los miembros de cualquier organización tratan de imponernos para limitar así nuestro entendimiento, o sea, a nuestra capacidad conformadora de conocimiento presente, que nos conduce a dar respuestas ante un medio cambiante y sin rumbo seguro.
Platón también afirma que, “las ideas son causa de las cosas", y no por que las produzcan, sino porque constituyen su verdadera esencia; o que "sirven de modelo para las cosas particulares” ("La República"). Las cosas verdaderas parecen perder su realidad, pues son reducidas a la imitación de otras ideas y son por tanto, carentes de valor por sí mismas.
Sin lugar a dudas, el hecho de no poseer la suficiente valentía para liberarnos de la ignorancia y de ataduras, será el único “freno de mano” que nos lleve a seguir viviendo en esta caverna que nos acecha día a día.

lunes, 26 de octubre de 2009

HOMBRE ÁRBOL


Cuento "Hombre – Árbol",
Cristina Sousa Martínez.
Facultad de Filosofía, Universidad Veracruzana, Xalapa, Ver., México.
Foto de Onironauta, en Flickr

En Barcelona, entre los colores y sabores de las Ramblas, Julián jugaba a ser estatua mientras se transfiguraba, con un maquillaje perfecto y un excelente disfraz, en un árbol sin raíz. Sólo bastó que ella lo mirara para que de repente, del pavimento, se levantaran unas enormes radículas, sus brazos se volvieran ramas reales (sin contar que le crecerían cien más) y sus piernas, tórax y cabeza se fundieran y dieran lugar a un imponente tronco. Adiós a los días de “irse de marcha” y de continuar con el arte de representar. Hola a la longevidad y al constante vigilar.

viernes, 16 de octubre de 2009

SOLUCIÓN AL PROBLEMA DE LA NEGACIÓN ASIMÉTRICA EN LA LÓGICA DIFUSA.


"Un acercamiento al lenguaje perfecto".
Cristina Sousa MartínezUniversidad Veracruzana. Facultad de filosofía.

Foto de ShutterBRi, en Flickr.
I. Resumen. La Lógica Difusa y la negación asimétrica coinciden en el uso del mismo tipo de conectores. Con este trabajo se pretende, perfeccionar el lenguaje, tanto Lógico como ordinario, a partir del uso adecuado de dichos conectores en las negaciones que se realizan desde ambos puntos.
II. Términos clave.
Lógica Difusa, negación, negación asimétrica, borrosidad.
III. Introducción.
i. Tema. La negación en la Lógica Difusa.
ii. Problema. Cómo el mal uso de las negaciones (en tanto que son asimétricas) afecta al desarrollo de la Lógica Difusa.
iii. Tesis o síntesis. La Lógica Difusa o Borrosa (Fuzzy Logic) surge como medio para “modelar la incertidumbre del lenguaje natural”
[1], pero precisamente, si nos fuéramos al terreno de la lengua como tal – en este caso al Castellano, veríamos que las negaciones son uno de los grandes problemas; por tanto, el formular presupuestos negativos en la Lógica Difusa, es un tanto caótico. La solución que se brinda a este problema, consiste en algo muy sencillo: «aprender a negar lógicamente» en lo cotidiano para así, poder establecer los grados “borrosos” adecuadamente.
iv. Marco teórico. Lógico-lingüístico.
v. Propósito u objetivo. El objetivo central de este trabajo consiste en dar a conocer una probable respuesta al problema lingüístico de las negaciones (constituyendo éstas también parte fundamental de la Lógica) dentro de una de las Lógicas No Clásicas, la Borrosa o Difusa (referida en lo sucesivo como LD).
vi. Justificación. El motivo que llevó a la elección de este tema es la angustia que me produce el vivir con un lenguaje tan imperfecto y también, el querer profundizar en una Lógica que, a pesar de regirse con valores numéricos, se encuentra desprotegida de la ambigüedad de nuestro modo de expresarnos.
vii. Métodos. Los métodos de los que me he servido para la elaboración de este modesto ensayo, han sido el sintético – expositivo y el propositivo. Mediante el primero se expone brevemente la LD, la negación asimétrica y lo que ésta implica en las graduaciones de la borrosidad; y, a través del segundo, como se ha mencionado anteriormente, se propone una solución al problema de las negaciones ya expresado.

IV. Cuerpo de la doctrina.
i. Precisión conceptual.
“La palabra “fuzzy”, en la teoría de los conjuntos difusos, se usa para describir términos, frases o sentencias que no son suficientemente claras, no son bien conocidas, o su especificación está sujeta a la estimación, subjetividad o intuición de la persona que hace la descripción.”
[2]

Ahora bien, la LD, es la Lógica que se utiliza para “explicar el mundo en el que vivimos, puesto que sigue el comportamiento humano de razonar, sacando conclusiones a partir de hechos observados”
[3], por tal, no es bivalente sino plurivalente y esto mismo le permite funcionar con cuantificadores del lenguaje ordinario tales como “muy”, “mucho”, o “un poco”.

Por otro lado, entendemos a la negación como “la conectiva que en lógica de enunciados traduce al adverbio «no» y cuya función es cambiar la verdad por la falsedad y la falsedad por la verdad”
[4]. Ksenia Lamina nos dice que:

“El estudio diacrónico de las oraciones negativas en español (…) ha demostrado que en determinadas y mas o menos previsibles circunstancias del contexto lingüístico, la estructura de estas oraciones entra en contradicción con su sentido lingüístico.”
[5]

Esto último da lugar a que la negación se torne asimétrica, puesto que “la partícula preverbal ‘no’ no afecta lógicamente al verbo predicativo, sino a algún otro elemento oracional…”
[6], y entonces, las negaciones particulares se vuelven generales.

ii. Tratamiento histórico.

a) Sobre Lógica Difusa.
En el año de 1937, Max Black llegó a escribir sobre conjuntos vagos, pero fue hasta 1965 que Fuzzy Logic vio la luz gracias al artículo “Fuzzy Sets” (Conjuntos difusos) de Lotfi A. Zadeh. La noción de polivalencia allí presentada no nació en ese momento, ya Vasilev en 1909, y Luckasiewiz, en el ’27, se habrían ocupado antes de un tercer valor de verdad y de dejar atrás al “tercio excluso” aristotélico. Actualmente, la LD se utiliza en “procesos altamente no lineales y cuando se envuelven definiciones y conocimiento no estrictamente definido (impreciso o subjetivo)”
[7], por ejemplo en la Informática y en el estudio que se requiere para la fabricación y el funcionamiento de electrodomésticos.

En las inferencias de la LD, tanto el antecedente como el consecuente son conjuntos difusos en los que “se incluyen elementos de frontera”, los cuales nos conducen a hablar de la ampliación en la pertenencia de los conjuntos mismos, es decir, se incluyen rangos de valor en ellos para así distribuir sus posibilidades; entonces, la verdad y la falsedad que pueden encerrar, se separan de extremo a extremo y se da lugar a lo parcialmente verdadero y a lo parcialmente falso, o sea a la borrosidad, a considerar que todo es cuestión de grado; y por tanto, la verdad o falsedad que resulte de la inferencia, dependerá de los grados de verdad o falsedad de cada parte. Así:
“Hoy es un día soleado” será 100% verdadera si no hay nubes, 80% verdadera si hay pocas nubes, 50% verdadera si está nublado y 0% verdadera si llueve todo el día.

b) Sobre la negación asimétrica.
En su estudio, Ksenia Lamina clasifica a las oraciones que contienen negaciones asimétricas en tres grupos:
- Oraciones que incluyen los cuantificadores lingüísticos que ya se habían mencionado.
- Oraciones que contienen las conjunciones adversativas.
- Oraciones que no tienen cuantificadores ni conjunciones adversativas.

Al igual que la autora, nos dedicaremos sólo a los del primer grupo, mismo que a la vez se subdivide en:

Oraciones en que la negación es general lógica y formalmente.
Este tipo de oraciones se presentan de dos maneras: con la negación en el predicado, es decir, después del cuantificador; y, con la doble negación.
Oraciones con negación preverbal (formalmente general) que afecta al cuantificador y semánticamente es parcial.
“El alcance de la negación se conoce gracias a diferentes procedimientos que permiten poner de relieve el elemento negado, concentrando en él la fuerza de la negación.”
[8] Tales procedimientos son: anteponer el elemento que por lo general se pospone al verbo (“Muchos no fuimos”), oponer elementos análogos entre los cuales esté el cuantificador (“No éramos muchos, pero fuimos los más sobresalientes”), convertir a tanto y a cuanto en palabras correlativas (“No es tanto por el dinero cuanto por la acción”) y recalcar los cuantificadores en las oraciones vecinas, siendo estas positivas o negativas (“Importa mucho lo que puedas decir y lo poco que no puedas”). En las oraciones constituidas por la fórmula «no + verbo + cuantificador», que son casi todas las pertenecientes a este grupo, podemos ver que la misma idea podría expresarse de forma positiva, por ejemplo: “No es poco el cariño” podría traducirse como “Es mucho el cariño”.
Oraciones en que la negación afecta al cuantificador y se le antepone.
Aquí, el cuantificador puede seguir implicando una negación cuando: es parte de un giro circunstancial (“No muy lejos”), funge como elemento análogo (“Algo, no mucho”), como parte de una estructura comparativa (“No menos loco que tú”) y cuando correlaciona palabras (“Con no poco trabajo”). En estas oraciones también se da el hecho de que puedan expresarse positivamente.

Por último, hay que considerar que “independientemente de la fuerza con la que la negación se atrae al verbo, la construcción negativa (sea “no + verbo”, sea “no + cuantificador”) tiende a aparecer encabezando el inicio de la oración”
[9] y que tal vez, “en la historia del Español se va abriendo camino la tendencia a crear una estructura lógica de la oración.”[10]

iii. Argumentación y ejemplificación.
Como hemos visto hasta ahora, los cuantificadores utilizados en las oraciones de negación asimétrica del primer grupo, son los mismos que los que se ocupan en la Lógica Difusa, pero como Ksenia Lamina dejó entrever, sería conveniente expresar de manera positiva algunas negaciones. Considerando además la imprecisión sobre la que versan los conjuntos difusos, no encuentro necesario añadirles más imprecisión con los cuantificadores, y sí por el con contrario, esclarecer un poco el panorama mediante la formulación correcta de la negación.

La propuesta que hago para poder quitar estas telarañas, consiste en afirmar las negaciones cuando sea necesario. Por ejemplo en la expresión “No hay nadie”, se quiere decir con toda seguridad, que no hay alguien presente en el lugar referido, sin embargo, se entiende lo contrario, que sí hay alguien. En la LD indudablemente se presenta este problema, ya que en los grados de valoración existen expresiones del estilo, aunque desde luego, no se da con los cuantificadores existenciales o con los universales, se da con los ordinarios. Retomemos el ejemplo del día soleado anterior, modificándolo un poco y recordando que la gradación de la borrosidad es siempre arbitraria:

(i) Si “Hoy es un día soleado.”, entonces:
(ii) “No hay nubes.” à100% verdadera (1).
(iii) “No hay muchas nubes.” à 80% verdadera (.8)
(iv) “No hay pocas nubes.” à 50% verdadera (.5)
(v) “Está lloviendo.” à 0% verdadera (0)

Los enunciados (ii) y (iv) no presentan problemas, pero (iii) y (v), sí porque estarían mucho mejor formulados (de acuerdo a lo que se ha expresado en los párrafos anteriores) si se expresaran:
(vi) (antes iii) “Hay pocas nubes.”
(vii) (antes v) “Hay muchas nubes.”

Ahora, en el argumento:
(viii) “Para obtener una buena calificación, necesito estudiar.”
(ix) “He estudiado, obtendré una buena calificación.” à 100% verdadera (1)
(x) “Estudié lo suficiente y es probable que obtenga una buena calificación.” à 75% verdadera (.75)
(xi) “Estudié poco y es probable que obtenga una buena calificación.” à 40% verdadera (.4)
(xii) “No estudié y obtendré una buena calificación.” à 0% verdadera (0)
Dentro de la imprecisión, evita los vicios de la noble negación y por tanto, es un tanto más coherente.

V. Conclusión.
Siendo hablante del idioma con más riqueza que existe, encuentro que el problema de la negación cotidiana en la Lógica siempre estará presente porque tanto en las traducciones como en la expresión diaria, nos topamos con el vicio lingüístico de la doble negación, que ya desde tiempos muy remotos ha existido.
Lo interesante, sin duda, de la LD radica en poder añadirle o quitarle poder a la partícula negativa y, siendo el lenguaje lógico el más preciso, es increíble que dentro de la borrosidad existan expresiones negativas que igual y podrían entenderse negativamente, pero que, pueden expresar mucho mejor la negación cuando se formulan de manera positiva. Tal vez este trabajo sea más de corte filosófico – lingüístico, aunque precisamente, al ser el lenguaje fundamental para la Lógica, es muy importante seguir dotándolo de exactitud y no hay mejor Lógica para lograrlo, por ahora, que la Difusa.

VI. Bibliografía.
Bibliografía citada.
- http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%B3gica_difusa
- http://hispanismo.cervantes.es/documentos/lamina.pdf
- http://personal.telefonica.terra.es/web/mir/ferran/kosko.htm
-
http://www.ingleslaboral.com/

Bibliografía consultada.
- http://www.dei.uc.edu.py/tai2000/logica/3.htm
- http://answermath.com/logica_difusa_conjuntos_nebulosos.htm
[1] http://personal.telefonica.terra.es/web/mir/ferran/kosko.htm[2]http://www.ingleslaboral.com/index.php?option=com_content&task=view&id=77&Itemid=37[3] http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%B3gica_difusa[4] Diccionario de Filosofía Herder, versión CD-ROM.[5] http://hispanismo.cervantes.es/documentos/lamina.pdf[6] Ibíd.[7] http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%B3gica_difusa[8] http://hispanismo.cervantes.es/documentos/lamina.pdf[9] Ibíd.[10] Ibíd.[1] http://personal.telefonica.terra.es/web/mir/ferran/kosko.htm